En los últimos meses, ha surgido una nueva tendencia que sacude Silicon Valley y que está generando opiniones encontradas: el "Founder Mode". Este concepto, impulsado por figuras como Elon Musk o Mark Zuckerberg, promueve un estilo de liderazgo que desafía las estructuras corporativas tradicionales, donde los fundadores mantienen un control absoluto sobre sus startups, tomando decisiones rápidas y trabajando al límite.
El "Founder Mode" va más allá de una simple metodología de trabajo. Se trata de una dedicación extrema, en la que los fundadores se convierten en el corazón y cerebro de sus empresas. Son líderes apasionados, que conocen cada rincón de su producto y el mercado en el que se mueven, pero también corren el riesgo de convertirse en cuellos de botella dentro de la organización. Este nivel de implicación puede ser, en ocasiones, excesivo, llevándolos a situaciones de burnout.
El caso de Casey y el "Founder Mode" extremo
Un reciente ejemplo que ha causado revuelo en redes sociales como LinkedIn ha sido el de Casey, cofundador de una startup tecnológica, quien durante su propia boda finalizó una pull request urgente para un cliente. Esta situación, que podría parecer irónica o surrealista, ha sido utilizada por algunos para ejemplificar lo que consideran el exceso al que ha llegado esta tendencia. Mientras algunos lo ven como un acto heroico, otros no pueden evitar preguntarse si se trata de un montaje o una exageración que raya lo ridículo.
Las sombras del "Founder Mode"
Aunque algunos ven en el "Founder Mode" una muestra de pasión y liderazgo inquebrantable, muchos lo critican por su potencial toxicidad. Cuando los fundadores se imponen un ritmo de trabajo extremo, inevitablemente pueden trasladar esas expectativas a sus empleados. Si bien es cierto que algunos fundadores están dispuestos a sacrificar su vida personal por el éxito de su proyecto, resulta más cuestionable que esperen lo mismo de sus trabajadores, quienes muchas veces no gozan de las mismas recompensas económicas o del mismo control sobre el futuro de la compañía.
Esta presión constante puede ahuyentar a empleados que buscan un equilibrio entre su vida laboral y personal. Para algunos, la cultura del "Founder Mode" es simplemente una versión renovada del jefe tóxico, disfrazada de pasión y dedicación desmedida. No es de extrañar que cada vez más voces, tanto en Silicon Valley como fuera de él, cuestionen si este modelo de liderazgo es sostenible o incluso saludable.
¿Un modelo exclusivo para fundadores?
Lo preocupante es que esta filosofía de trabajo no se limita solo a los fundadores. En ciertos círculos de Silicon Valley, algunos sugieren que todo el equipo debería adoptar el "Founder Mode", una idea que ha sido ampliamente rechazada. Muchos señalan que, si bien los fundadores tienen una participación directa en el éxito de la empresa, los empleados no deben estar sujetos a las mismas presiones sin una compensación acorde. Como bien señalan algunos críticos: "Si quieres que trabajen como fundadores, dales una parte de la empresa".
El "Founder Mode" plantea preguntas importantes sobre cómo se concibe el trabajo en las startups y hasta qué punto la pasión puede justificar el agotamiento y el sacrificio personal.
