Microsoft anuncia el despido de 7.000 empleados pese a sus beneficios récord y desata el debate sobre su rumbo estratégico

Microsoft ha confirmado el despido de 7.000 empleados a nivel mundial, en medio de una reestructuración interna que contrasta con sus beneficios récord recientes.
Microsoft anuncia el despido de 7.000 empleados pese a sus beneficios récord y desata el debate sobre su rumbo estratégico

Despidos en plena bonanza: el contraste que nadie entiende

Microsoft lo ha vuelto a hacer. La compañía de Redmond ha anunciado el despido de 7.000 empleados a nivel global, lo que representa aproximadamente un 3% de su plantilla total. La noticia ha impactado no solo por la magnitud del recorte, sino por el momento en el que se produce: justo después de presentar unos beneficios trimestrales históricos. Concretamente, Microsoft ha declarado ganancias de 25.800 millones de dólares en su último informe fiscal, superando ampliamente las previsiones del mercado.

Mientras los números en la bolsa sonríen, las cifras humanas desgarran. Porque detrás de esos porcentajes hay personas. Miles. Y aunque desde la dirección se insista en que se trata de una reestructuración para optimizar recursos, el timing resulta, cuanto menos, desconcertante.

No es por la IA… o eso dicen

En este caso, Microsoft ha querido dejar claro que estos despidos no están vinculados al auge de la inteligencia artificial ni a un bajo rendimiento por parte de los afectados. La decisión forma parte de una reorganización más amplia, derivada en parte de la absorción de Activision Blizzard y de la necesidad de evitar duplicidades, simplificar estructuras jerárquicas y ganar agilidad interna.

Gran parte de los recortes se han concentrado en mandos intermedios y equipos asociados a productos considerados secundarios, como .NET para Android, o incluso personal de áreas ligadas a Microsoft for Startups.

Pero aquí viene el matiz: aunque la IA no haya sido la causa directa, sí está reconfigurando las prioridades internas, y ese cambio de foco empieza a dejar víctimas en el camino.

Nuevas reglas internas y un sistema que mete miedo

Más allá de los despidos en sí, lo que ha levantado más cejas son las nuevas normas de contratación y evaluación interna que ha implementado Microsoft. Según documentos filtrados por Business Insider, se ha establecido un baneo de dos años para volver a contratar a exempleados despedidos por bajo rendimiento. Además, han creado una métrica inquietante: el "good attrition", un sistema que mide cuán satisfechos están tus compañeros cuando te vas. Sí, has leído bien: si te despiden y tu marcha es celebrada internamente, eso podría complicarte aún más volver a ser parte de la compañía.

Este tipo de prácticas, inspiradas en sistemas aplicados por empresas como Amazon, alimentan una cultura del miedo y generan nerviosismo entre quienes todavía conservan su puesto. La pregunta es evidente: ¿quién será el siguiente?

Víctimas inesperadas: del talento senior a perfiles clave

Entre los despedidos se encuentran nombres que han sorprendido a más de uno. Es el caso de Ron Backton, ingeniero clave en el desarrollo de TypeScript, quien fue responsable de multiplicar por diez la velocidad de su compilador. Tras 18 años en la compañía, ha sido fulminado sin contemplaciones.

También ha causado revuelo el caso de Gabriela de Queiroz, directora de inteligencia artificial en Microsoft… aunque con un matiz importante: lideraba la IA dentro del programa Microsoft for Startups, y no la IA a nivel global como se ha malinterpretado en algunos medios. Aun así, su salida evidencia que ni siquiera los perfiles ligados al motor actual de crecimiento de Microsoft están exentos del hachazo.

Una estrategia que genera más preguntas que respuestas

El movimiento ha desatado un aluvión de críticas en redes sociales y medios especializados. ¿Por qué despedir a miles justo antes de la Microsoft Build, uno de los eventos clave del año para la empresa? ¿Por qué anunciarlo tras resultados récord? ¿Es una estrategia de contención ante una posible recesión en EE.UU.? ¿O simplemente un movimiento bursátil para tranquilizar a inversores?

Sea cual sea la razón, lo cierto es que el mensaje que se lanza es contradictorio: Microsoft está mejor que nunca… pero aún así, prescinde de 7.000 personas. Un movimiento que puede pasar factura, no solo en imagen pública, sino en la confianza de sus propios equipos.

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