Marte se convierte en un lugar donde encajan los inadaptados
Doritos ha puesto patas arriba el universo publicitario con una de las campañas más disruptivas del año. Bajo el título “Somos de otro planeta”, la marca no solo nos lanza una pieza audiovisual de tres minutos, sino que nos regala una declaración de intenciones: aquí hay sitio para todos los que no encajan.
Desde un inicio provocador "¿Quiénes son estas personas? Vean cómo visten. Parecen de otro mundo” hasta un cierre que aplaude la diferencia, Doritos convierte a Marte en el hogar simbólico de quienes no encuentran su lugar en la Tierra. Esta vez no hablamos solo de marketing: hablamos de identidad, de inclusión y de la libertad de ser.
Un planeta para los que no encajan… en ningún lado
La campaña, desarrollada por la agencia mexicana Isla y dirigida por la dupla Alaska, nos transporta a un Marte diseñado para ser todo lo contrario a la Tierra. Aquí no hay reglas absurdas, ni miradas que juzgan. Aquí se patina libremente, se desafía la gravedad y las fuentes de energía... son de queso. Literal.
A través de un protagonista carismático y su asistente Nacho (sí, como el sabor clásico), se nos invita a reflexionar sobre lo alienígena que puede sentirse uno en su propio planeta. Porque ¿cómo encajar si uno es triangular en un mundo de moldes cuadrados?
La propuesta es tan surrealista como brillante: Doritos busca vender un snack ofreciendo un lugar del que sentirse parte. Y ese lugar no es físico, es conceptual. Es el permiso para ser uno mismo sin complejos, sin etiquetas.
La campaña que incomoda a los cómodos
Más allá del humor ácido y la estética futurista, “Somos de otro planeta” consigue lo más difícil: incomodar. Porque remueve conciencias, confronta a quien juzga lo distinto y pone un espejo frente a quienes prefieren lo homogéneo.
Por eso, Doritos no solo innova, se posiciona. En tiempos de identidades difusas y de públicos que exigen autenticidad, Doritos opta por no gustarle a todo el mundo… y con eso, conquista a quienes realmente importan.