Las baterías, a diferencia de otros métodos de almacenamiento de energía como la gasolina, poseen una característica única: son reutilizables. Esto se debe a que químicamente, una batería descargada no difiere significativamente de una cargada. A continuación, veremos, cómo y por qué la capacidad de las baterías de nuestros dispositivos, especialmente los teléfonos, disminuye con el tiempo y qué podemos hacer al respecto.
¿Cómo funciona una batería?
Una batería típica funciona basándose en el intercambio de electrones entre metales, donde algunos metales tienden a perder electrones mientras que otros los ganan. Por ejemplo, en una batería alcalina estándar, el zinc reacciona con iones de hidróxido transformándose en óxido de zinc y liberando electrones que viajan a través de un circuito (como el de una bombilla) antes de regresar a la batería donde son recapturados por el dióxido de manganeso.
Casi todas las baterías son teóricamente recargables. Sin embargo, intentar recargar una batería diseñada como desechable puede causar reacciones secundarias dañinas que disminuyen su capacidad y eventualmente la dañan internamente, lo que lleva a una pérdida de contacto eléctrico y fallas.
La evolución de las baterías recargables y el impacto de su ciclo de vida en el rendimiento
Las baterías de iones de litio son un avance significativo en esta área. Están diseñadas con estructuras atómicas que permiten un flujo ordenado de iones de litio, proporcionando energía de manera eficiente. Cuando se recargan, los iones de litio se mueven en sentido contrario, pero con el tiempo, algunos iones pueden desviarse, lo que incrementa la resistencia interna y reduce la eficiencia y capacidad de la batería.
Con cada ciclo de carga, las baterías experimentan un desgaste natural. Los materiales internos sufren alteraciones que pueden llevar a una pérdida gradual de la capacidad de la batería, lo que explica por qué la batería de un dispositivo parece "envejecer".
Importancia y desafíos del reciclaje de baterías
El reciclaje de baterías es esencial para prevenir la liberación de metales potencialmente tóxicos al medio ambiente y para conservar recursos. El proceso central del reciclaje de baterías implica la fundición de las partes metálicas para eliminar impurezas y recuperar los metales en su estado puro.
Aunque es crucial, menos del 5% de las baterías de iones de litio se reciclan debido a diseños complejos y materiales difíciles de descomponer. La regulación adecuada podría mejorar significativamente las tasas de reciclaje, como sucede con las baterías de plomo.