En un mundo donde el emprendimiento digital se ha convertido en una carrera de fondo, nombres como el de Eric Ponce destacan por su capacidad de anticiparse, reinventarse y construir. Con una base sólida en tecnología y una mentalidad inquieta, este barcelonés nacido en 1990 ha logrado posicionarse como uno de los referentes del nuevo emprendimiento español.
Desde muy joven, Eric mostró un interés poco común por la informática. Con apenas 13 años, ya comenzaba a explorar el mundo de la programación, lo que marcaría el rumbo de toda su carrera profesional. A los 19 años, formalizó su vocación al estudiar Desarrollo de Aplicaciones Informáticas, iniciando un camino que, con los años, lo llevaría a fundar empresas, educar a cientos de personas y coproducir uno de los podcasts más influyentes del país.
Pero ¿quién es realmente Eric Ponce? ¿Qué lo diferencia de otros emprendedores? La respuesta está en su historia: una mezcla de curiosidad, resiliencia y visión a largo plazo.
De la informática a los cielos: el emprendimiento con drones
Uno de los hitos más significativos en la trayectoria de Ponce fue la creación de deDrones, un proyecto que combina tecnología, formación y visión empresarial. La iniciativa nació tras varios intentos como freelance ofreciendo servicios informáticos. Fue en ese periodo de prueba y error donde Eric comprendió que no solo quería prestar servicios: quería crear algo mas allá, algo propio.
Detectando el auge del sector de los drones, Ponce decidió apostar por este nicho de la tecnología, clave del presente y del futuro. Así surgió deDrones, inicialmente un canal de YouTube que evolucionaría en una plataforma que no solo se dedica a formar a nuevos pilotos, sino que también difunde cultura tecnológica y promueve una visión profesional del sector.
Hoy, deDrones no es solo una empresa de formación. Es una marca consolidada dentro del ecosistema de innovación tecnológica enfocada al nicho de los drones, y su crecimiento continúa, impulsado por una comunidad de usuarios que valoran la cercanía, claridad y profesionalidad que Ponce transmite en cada proyecto.
“Búscate la Vida”: el podcast que cambió las reglas del juego
En paralelo a su actividad como empresario tecnológico, Eric Ponce también ha dejado huella en el mundo del contenido digital. Su entrada al mundo del podcasting se produjo con el lanzamiento de BLV (Búscate la Vida), junto a su socio y amigo José Elías, uno de los emprendedores más importantes de España.
Con un estilo directo, sin filtros ni pretensiones, BLV ofrece una mirada realista del mundo emprendedor. En cada episodio, Eric y José abordan una gran variedad de temas del mundo de los negocios, inversiones, etc.
La clave del éxito del podcast radica en su autenticidad. No hay guiones forzados ni lecciones prefabricadas. Lo que hay es experiencia, humildad y, sobre todo, una voluntad genuina de compartir lo aprendido con otros.
A través de BLV, Eric ha conseguido ampliar su influencia más allá del nicho de los drones, convirtiéndose en una voz escuchada y respetada dentro del universo emprendedor en español.
Eric Ponce, el emprendedor autodidacta que nunca dejó de probar
Pocos perfiles resumen tan bien lo que significa ser un emprendedor en el siglo XXI como el de Eric Ponce. Lejos de las historias de éxito repentino, su carrera ha sido una sucesión de exploraciones, fracasos, aprendizajes y reinvenciones.
Desde sus inicios como programador adolescente hasta sus múltiples intentos como autónomo en el sector informático, Ponce ha demostrado una capacidad poco común para adaptarse y evolucionar. Cada obstáculo ha sido una lección, y cada error, una palanca para crecer.
A lo largo de los años, ha acumulado conocimientos que hoy se reflejan tanto en su forma de enseñar como en su forma de comunicar. Su discurso no va de gurús ni de fórmulas mágicas. Habla desde la experiencia, la práctica y el contacto directo con los problemas reales que enfrentan los emprendedores cada día.
Hoy, con una empresa establecida, una audiencia fiel y un reconocimiento creciente, Eric Ponce sigue manteniendo los mismos valores que lo impulsaron desde joven: curiosidad, constancia y libertad.